El viernes pasado, como preludio de la Navidad que se avecina, estrenamos la nueva cocina de la SFG. Un reducido grupo de socios se afanó preparando una txistorrada para que otro nutrido grupo, también de socios, disfrutara del ágape tradicional que anuncia el comienzo de estas fechas en las que es casi una obligación mostrarse felices.
Abajo, en los sótanos, se iba tomando nota de las carencias —faltan guantes térmicos— comentaba el encargado del horno y la vicepresidenta lo anotaba en su cuaderno.
(Foto: Txaro Barinaga Rementeria)
Ya está la cocina lista, salvo alguna pequeña carencia y algún retoque de última hora, para su uso y disfrute. Y con este último reestreno podemos afirmar que ¡Por fin! Tras un año desde que el temporal nos destrozó las ilusiones, ya hemos recuperado la normalidad.
Llama la atención que siendo la fotografía el motivo primordial y fundacional de nuestra sociedad, sean los actos gastronómicos los que más aceptación y participación tienen. El que esto escribe siempre ha manifestado sus dudas sobre la conveniencia, o no, de mantener el txoko, pero debo rendirme a la realidad y aceptar que moviliza más una ristra de txistorra regalada que una exposición de fotografía.
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