… Y llovía, llovía,… como decía la vieja canción.
No se presentaba demasiado bien la cosa, todos lo sabíamos de antemano, pero no importó.
Justo pasar las 08:00 fueron llegando algunos coches al desolado parking del Aki, en el C.C. Garbera. Entraban y aparcaban, pero nadie descendía de ellos. Los ocupantes seguían a resguardo en su interior.
… y llovía, …
Pasaron unos minutos y aprovechando una pequeña tregua, las puertas empezaron a abrirse y las sonrisas y saludos hicieron acto de presencia. Al final sumaron una docena, los “pirados” que a pesar de todo, esa mañana de domingo, habían dejado atrás la comodidad y el calorcito del hogar para practicar su pasión, hacer fotografía.
En esta ocasión era nuestro compañero Andrés Moledo, el jefe de la expedición y con la charla nos fuimos animando para seguir con la salida.
Ni cortos ni perezosos, las bolsas, mochilas, trípodes y paraguas fueron haciendo su aparición y se repartieron junto con sus dueños, en los vehículos que al final iban a llevarnos hasta el parque de las Minas de Arditurri, en Oiartzun.
… y llovía, …
El lugar está verdaderamente accesible y cercano. En apenas 20 minutos desembarcamos con el equipo y todas las ilusiones intactas.
Nos pusimos en marcha. Bajamos hasta el lecho del riachuelo, con un buen caudal (¡sólo faltaba, con la de agua que nos estaba cayendo encima!)
Andrés nos iba indicando caminos, encuadres, sitios interesantes. Por cierto, es muy curiosa la zona de las bocas de las minas. Verdaderamente la montaña está acribillada por los túneles y galerías.
Así fueron pasando los minutos y las horas y disparo a disparo, cada cual iba echando fotos al zurrón, en este caso “memory card”.
… y llovía, …
Fueron muchos los momentos que tuvimos que parar y proteger al equipo y a nosotros mismos de la molesta y abundante lluvia, pero estas cosas pasan a veces y nos ayudarán a valorar mucho más la próxima vez que salgamos y volvamos secos de una salida.
Reagrupados, de nuevo en el Centro de Interpretación de las instalaciones, bajo una tejavana, como por arte de magia, fueron apareciendo viandas que unos y otros habían llevado, chocolate, chorizo, pan, jamón, queso, frutos secos y hasta una pequeña petaca, para que el que quisiera pudiera tomas un chupito de “medicina”.
… y llovía, … ¡¡¡Qué le den!!! ¡¡¡No pudo con nosotros!!!
Resumiendo, que a pesar de todo, la quedada mereció mucho la pena, el ambiente fue buenísimo y me consta, que algunos hasta consiguieron hacer buenas fotos. ¿Qué más se le puede pedir a la vida? ¿Quizás una ducha caliente y una buena taza de café? Eso vino después, cada uno en su casita.
Bueno, que sepáis que hemos apuntado ausencias “importantes” y que os esperamos a todos en la próxima quedada y que pasaremos lista.
Un saludo a todos.
los 12 Magníficos
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(Fotos Andrés Moledo)
Qué valientes!!!