Actualmente podemos ver en un céntrico comercio donostiarra, unos expositores para la venta de obras fotográficas.
Hace tiempo que llevamos discutiendo la consideración de la fotografía como arte (discusión que retomamos de cuando en cuando), y éste es un paso más que nos acerca a dicha consideración. Quizás tengamos una visión muy romántica de lo que se conceptúa o no como tal, pero está muy claro. En el fondo es consumo, al fin y al cabo no están en venta en una galería de arte, sino en un centro comercial.
Podemos ver, y adquirir, obras fotográficas perfectamente encuadernadas, enmarcadas, con tirada limitada y con todos los certificados de autenticidad, biografía del autor, etc.
A nosotros, como aficionados, nos quedan un poco lejos estas iniciativas y aunque, en nuestra propia sociedad, haya gente que podría, o merecería, tener su obra allí expuesta, sabemos que el tema no va por esos derroteros.
Con todo, quizás terminemos por sacar algo positivo de todo esto. El futuro lo dirá … el futuro cercano.
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